Enmendando la plana a Aristóteles
Entre las creencias más divulgadas en la historia de la ciencia está el supuesto experimento que Galileo (1564 - 1642) realizó en la torre de Pisa, midiendo los tiempos de caída de esferas de distintos pesos y haber sido así el primero en atreverse a criticar la “Física” de Aristóteles.
Sin embargo, lo más probable es que nunca llegara a realizar tal experimento; y en cuanto a la crítica de Aristóteles, siglos atrás, Juan Filópono (490 - 566), en su obra “Comentarios a la ‘Física’ de Aristóteles”, cuestionó los postulados de este sobre el tiempo, el espacio, el vacío y la dinámica, abriendo un camino hacia planteamientos más críticos y empíricos en el ámbito de las ciencias naturales.
Con respecto a la idea de Aristóteles de que un cuerpo pesado caería más rápidamente que uno ligero, con una relación inversa a su peso, Filópono da a entender que ha realizado pruebas que lo contradicen:
But this is completely erroneous, and our view may be corroborated by actual observation more effectively than by any sort of verbal argument. For if you let fall from the same height two weights of which one is many times as heavy as the other, you will see that the ratio of the times required for the motion does not depend on the ratio of the weights, but that the difference in time is a very small one. And so, if the difference in the weights is not considerable, that is, if one is, let us say, double the other, there will be no difference, or else an imperceptible difference, in time, though the difference in weight is by no means negligible, with one body weighing twice as much as the other.
Muchísimo más tarde, en 1586, Simon Stevin dejó caer dos bolas de plomo, una de ellas diez veces más grande y pesada que la otra, desde lo alto de Nieuwe Kerk, sobre una plataforma de madera situada treinta pies más abajo, comprobando que llegaban prácticamente al mismo tiempo.